martes, 24 de noviembre de 2009

About a travel story...


Y allí estaba, lleno de confusión, aquel joven que no tenía claro si ocultar sus grandes vacíos por medio de una falsa sonrisa, o seguir viendo la vida sin motivación alguna; aquel joven que tenía tanta gente a su alrededor, pero que en realidad no sentía a alguien en su corazón. ¿Y si en verdad, esa persona que ha dejado de vivir, su compañía, era aquella quien llenaba su vacio?

-¿Por qué continuas ocultándote en la oscuridad y la soledad?” escuchaba aquellas voces en su cabeza que le susurraban; -“Todo lo que los humanos hacen, el huir, el herir, el ignorar, el endurecer sus corazones, todo es por temor…” Así lo aceptó tal joven, quien simplemente, tomando lo único que tenía consigo (su pequeño bote que lo llevaba hacia su aventura y el deseo de hallar un sentido a su vida), tomó rumbo a un lugar que ni él mismo conocía, tal vez sabiendo que podría encontrar solución a eso que sentía, o simplemente la oportunidad de huir de todo y no saber nunca más de nadie.

La luz de luna de medianoche alumbraba el sendero, aquel rio por el cual navegaba el joven, quien fue conducido hasta un anciano sentado a la orilla del camino de tranquilas aguas, sin saber que aquel anciano fue quien en sus tiempos de juventud fue el dueño de la espada de doble filo, la que representaba la sabiduría y el conocimiento de todo lo existente.

-“Si la verdad es lo que estas buscando, solo la podrás encontrar con el Gran Sabio cuyo rostro jamás ha sido visto, y solo podrás llegar a El con aquella espada de doble filo en tus manos” dijo el anciano al joven sabiendo la necesidad que el tenia. Destino le sonríe al joven mientras le extiende su mano en señal de apoyo.

Juntos, Destino y el joven comienzan su búsqueda de la ‘mística espada’. Destino guiaba día y noche al joven, muchas veces en donde el joven no hallaba sentido alguno de continuar, y otras veces donde se motivaba por encontrar su respuesta a todo con gran ahínco. Cruzando el puente de la Gracia encontraron un gran bosque, en el cual vieron a tal majestuosa espada, digna de ser llevada solo por héroes. El muchacho corrió ansioso por poder tenerla en sus manos y desgastó todo su ser por poder sacarla de la tierra donde había sido clavada. Mientras cavaba con sus manos, veía como todo tomaba una nueva perspectiva, cómo él podía ver cosas que antes no podía ver ni percibir: cientos de tumbas, lápidas sin nombres, era un gran cementerio. Aun la espada, teniendo el poder de revivir muertos con solo un toque, aquellas tumbas permanecían cerradas. Pudo entender cómo es que aun la gente rechaza la vida, rechaza la felicidad, rechaza todo aquello que un día experimentó. Allí pudo caer en cuenta de su error: quiso refugiarse en si mismo después de aquella pérdida sin darse cuenta cómo habían aun personas que estaban alrededor de él; personas que él simplemente ignoraba.

El joven huyó de allí mientras Destino se sentía más a gusto de estar con el joven, de saber que iba a estar más estable con el ahora que tenia parte del conocimiento y de su error.

Aquellos, los últimos momentos oscuros de la vida del joven sirvieron para fortalecer su confianza en si mismo, pero su gran enemigo aun susurraba “tuya es esta hora, pero mío es el día”. Una lucha donde su único pensamiento era: “la vida es solo un momento, mas la muerte es toda una eternidad”. Mas allá del cielo, su alma clamaba; mas allá del cielo, se veían sus lagrimas caer.

Mientras, voces distantes cantaban “El fuego arde, permite que el fuego lo consuma todo, que llegue hasta los que se rehúsan en vivir. Durante eones, muchos nombres han sido puestos al espíritu de aquel Gran Sabio, pero ahora lo conoces y conoces el rostro de aquel Sabio…” Cantos que venían de un gran palacio y mientras más se adentraba el joven, menos audibles eran aquellos susurros de su enemigo.

-“He visto tu búsqueda con gran interés” Dijo el sabio al joven, quien aun seguía maravillado al ver tal palacio. –“Muchos se quedaron a mitad del camino, otros (como habrás visto) se rehusaron a querer seguir con vida, mas tu, tu luchaste hasta el fin” Una vez mas, el Sabio, Rey de aquel palacio, se dirigió al joven diciendo “Llegaste muy lejos y ahora tienes el permiso de hacer lo que querías, morir…”

Y con esto, y en obediencia al Rey, el joven se colocó en frente de una gran piscina y dejando su ropa a un lado se sumergió. Allí murió el, mas obtuvo una nueva vida en el palacio del Rey, sabiendo que tiene mucho por qué vivir y teniendo un nuevo rumbo y una motivación…

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